Este camino no habría sido trazado sin la valiosa colaboración de un grupo de individuos que, con infinita paciencia, me brindaron su apoyo inquebrantable y su comprensión sincera.
El primero entre ellos es Jorge Mateo Teruel, quien más allá de ser un amigo, también fungió como mi guía y maestro, iluminando mi senda en los primeros pasos dentro del vasto mundo de la música electrónica. (El individuo de la izquierda en la imagen).
La siguiente figura, igualmente significativa, responde al nombre de Francisco Ayala Peñarrubia. Ha compartido una extensa trayectoria a mi lado, colaborando tanto en mis composiciones como yo en las suyas (según cómo se enfoque). ¡Un afectuoso abrazo, Paco!
Un individuo que merece un reconocimiento especial es mi hermano Joaquín. En mi infancia, él fue quien pacientemente me instruyó en el propósito de las teclas blancas y negras que generaban sonidos al tocarlas, a las que él se refería como "teclas". Lamentablemente, nos dejó en el año 2021. Desde estas palabras, le envío todo mi afecto. A veces, aún siento su presencia a mi lado.
Y no puedo dejar de mencionar a Richard Kinkaid, quien jugó un papel fundamental al ayudarme a definir un estilo musical cuando me hallaba desorientado y abrumado entre la multitud de géneros dentro de la música electrónica. Sus consejos me guiaron en medio de la confusión y me señalaron el camino a seguir.
"A todos ellos y los demás que me soportaron,
gracias por vuestra paciencia y apoyo".
